Cada vez que el verano queda atrás parece como si disfrutar de correr y saltar al aire libre para debiera quedarse en recuerdo para nuestros hijos esperando tiempos mejores.
las cuatro paredes de casa se nos antojan como el único lugar seguro. La cuestión es que cada que vez empieza el curso escolar y hasta bien entrada la primavera un exceso de actividades extraescolares, demasiados deberes o una sobre oferta de adictivas pantallas se combinan con el miedo desproporcionado que muchas veces tenemos los padres al “mal tiempo” provocando que los parques infantiles aparezcan a menudo desiertos a media tarde.
Siguiendo la estela inspiradora del proyecto Amphibia Kids para vestir adecuadamente a nuestros hijos para la acción queremos mediante el siguiente artículo extraido de la revista Viure en Familia nº 52 compartir algunos recursos e ideas para que ni la lluvia ni el mal tiempo detengan el juego!
QUE LA LLUVIA NO DETENGAN EL JUEGO
Imagina que saltas el charco más grande que puedas encontrar, o que juegas descalzo y sientes cómo el barro rezuma entre los dedos de tus pies. Y, ¿si dejas que el viento te lleve o construyes tu propio iglú en la nieve?
No tienes por qué quedarte en casa cuando llueve, hace viento o frío. El mal tiempo es una oportunidad fantástica para abrigarte, ponerte un chubasquero y salir a divertirte.
Ir de aventura con tus juguetes de baño; hacer serpentinas y bailar con el viento; hacer laberintos en la nieve o caramelo helado; y crear un brillante castillo de hielo son sólo algunas de las posibles aventuras divertidas y creativas en la naturaleza los días de mal tiempo. Así que, ¡no esperes a que salga el sol!
NUESTRA CASA ESTÁ EN EL EXTERIOR
Las autoras de «El Libro del mal tiempo», la psicóloga Jo Schofield y la educadora ambiental Fiona Danks, investigan, junto con otros profesionales, la influencia y las consecuencias del contacto con la naturaleza (o su déficit) en los niños. Dicen: “Hoy en día, demasiados niños y niñas pasan demasiado tiempo en el interior, absortos en sus mundos bidimensionales. No tienen suficiente acceso a jugar al aire libre, entre otros motivos por el miedo de sus padres al tráfico y a los extraños; por la falta de tiempo libre y la pérdida de espacios verdes; porque la familia no considera esta actividad en su lista de prioridades; porque no se da suficiente valor al juego y al aprendizaje al aire libre en las escuelas; porque hacemos demasiado hincapié en que se mantengan limpios y pulidos; porque hay demasiado miedo de los peligros al aire libre, mientras que los niños y niñas necesitan la libertad de jugar y de explorar.
Hoy en día, demasiados niños y niñas pasan demasiado tiempo en el interior, absortos en sus mundos bidimensionales. No tienen suficiente acceso a jugar al aire libre
Nosotras creemos que las experiencias reales en el mundo natural son fundamentales. ¿Qué esperanza puede haber para nuestro maravilloso medio ambiente, inspirador y emocionante, si la gente no lo ama, lo respeta y lo cuida, y no desea protegerlo para futuras generaciones? Sin recuerdos felices de haber jugado al aire libre durante la infancia, los niños crecerán viendo el mundo natural como algo irrelevante para ellos”
No entenderán que su comportamiento afecta al medio-ambiente y tampoco cómo el medio ambiente puede afectar a sus vidas. Pero animando a los niños a pasar tiempo al aire libre desde bien pequeños, el mundo natural les resultará un entorno familiar en el que se sentirán confiados para jugar. Hemos de darles la libertad de explorar, de descubrir y de divertirse. ¡Tanto o más que ante una pantalla!».
DESPUÉS DE LA LLUVIA: CANALIZAR EL AGUA
Este reto divertido es un poco como construir un circuito de canicas. ¿Puedes hacer que el agua fluya a lo largo de una
carrera de obstáculos sin perder nada por el camino?
- Debes recoger botellas de plástico vacías y envases, embudos, vasos, latas (ojo con las aristas cortantes) e incluso una tubería de plástico viejo. Cualquier cosa que pueda canalizar el agua.
- Busca unos charcos embarrados y mete unos palos ahorquillados en el barro. Corta unas botellas a lo largo para canalizar el agua y sujétalas dentro de unas latas. Puedes hacer canalizaciones de diferentes tamaños pero debes asegurarte de que el agua pueda fluir entre un envase y otro.
- Vierte agua del charco en tu canalización para ver si funciona. Si llueve con fuerza, comprueba si el agua de
lluvia fluye por ella. - ¿Hasta dónde puedes canalizar el agua? ¿Puedes hacer carreras con palitos u otros materiales naturales?
- Organiza un concurso. Cada equipo debe construir su propia canalización y colocar un envase grande al final para recoger el agua. El equipo que recoja más agua en el tiempo más corto gana.
Fuente: www.familiasenruta.com